Lindy Waters III de Warriors honra a sus raíces Indígenas

En la NBA, donde el talento y la determinación son esenciales, Lindy Waters III no solo juega para los Golden State Warriors, sino también para las naciones kiowa y cherokee que forman parte de su herencia. Este atleta, con raíces profundamente arraigadas en la historia indígena, lleva consigo no solo un balón de baloncesto, sino los sueños y el orgullo de sus antepasados.
Representando a Su Historia en la Cancha
Con 1.98 metros de altura, Waters es uno de los tres jugadores indígenas en la NBA, junto a Kyrie Irving y MarJon Beauchamp. Cada vez que pisa la cancha, no solo representa a su equipo, sino también a las comunidades que lucharon por sobrevivir en un pasado marcado por el desplazamiento y la opresión.
“Me motiva saber que mis ancestros enfrentaron adversidades mucho mayores que las que yo enfrento hoy”, declaró Waters en el podcast Dubs Talk. “Cada día es una oportunidad para honrar su sacrificio”.
Raíces Profundas en la Historia Kiowa y Cherokee
La tribu kiowa, con una población de aproximadamente 10,000 personas, tiene una historia marcada por migraciones y luchas. Desde sus orígenes en Canadá hasta su asentamiento en Oklahoma, los kiowa enfrentaron desafíos monumentales, incluyendo el desplazamiento forzoso. Waters creció en este contexto, aprendiendo de sus tradiciones y valores familiares.
“Como kiowa y cherokee, la familia es el pilar de todo. Es lo que me guía y me permite enfrentar el mundo con respeto y amor”, explica Waters.
Impacto Fuera de la Cancha
En marzo de 2022, Waters fundó la Lindy Waters III Foundation, cuyo objetivo es empoderar a los jóvenes nativos a través de programas que promuevan la salud mental, el bienestar físico y el enriquecimiento cultural. Este esfuerzo le valió ser finalista en el premio Social Justice Champion de la NBA, un reconocimiento a su compromiso con la justicia social y el apoyo a las comunidades indígenas.
Aunque el premio lo ganó Karl-Anthony Towns, Waters destaca como un modelo a seguir único. Mantiene vivas tradiciones como los pow-wows, las danzas de pisotones y los rituales de oración, que refuerzan su conexión con la Madre Tierra.
Conclusión
Lindy Waters III es más que un jugador de baloncesto; es un símbolo de resistencia y orgullo indígena. Su compromiso dentro y fuera de la cancha es un recordatorio de que las raíces culturales no solo definen quiénes somos, sino que también pueden inspirar a futuras generaciones a superar cualquier obstáculo y alcanzar sus sueños.
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